Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que los que creen en Él tengan vida eterna.
(Jn. 3, 14-21)

Saludos lejanos Ciber-cristianos


Desde este nuevo blog, creado por adolescentes y para todos, os saludamos los creadores.
Nos podríamos presentar como alumnos de la actual SCR (Sociedad, cultura y religión), alterntiva a la Religión de colegios; que, para un trabajo, hacemos, con la finalidad, de además de obtener un buen resultado en esta asignatura, crear un blog del cristinismo realizdo por no cristianos.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Ser hijo de un Dios, por David Díaz



Cuenta la leyenda, que hace 2006 años vino al mundo un bebé que nació por obra del espíritu santo. Hay quien piensa, que lo hizo del amor entre María y un tal José, carpintero de profesión y enamorado de condición. Cuentan algunos, los menos, que surgió a primera vista. Él trabajaba incansablemente en su carpintería y una bella moza con un cántaro de agua pasó por la puerta. Él, cortésmente, tomó a María del brazo e insistió en llevar la cántara hacia la casa donde ella trabajaba sirviendo. Surgió el amor y del amor, del enlace maravilloso entre dos cuerpos, de la magia rebosante de la ternura, a los nueves meses, nació el hijo de Dios.
Treinta y tres años más tarde, tras deambular por el desierto y propagar la palabra de su padre espiritual, que no el carnal, y debido a la intolerancia humana, y la falta de compresión de aquellos que dominaban la tierra, es crucifado y muerto, tras lanzarle un grito desesperado a su padre, a su Dios, y no encontrar respuesta alguna.
Muere y según algunos, los más, resucita y nos enseña que hay algo después de la muerte.
Hoy en día la leyenda habla del amor entre Jesús y María de Magdala, es decir, María Magdalena, de su posible descendencia: su hija Sara, y la saga de los Merovingios. Hoy se habla del Santo Grial y del verdadero profeta.
Yo hablo de aquel que sufrió el dolor en su cuerpo, que murió por todos nosotros, que creó la principal esencia social-demócrata." Antes entrará un camello por el ojo de una aguja, que un rico en el reino de los cielos".
Hablo de aquel que nos creó a su imagen y semejanza, y que también por ello, era semejante a nuestras miserias y virtudes. Hablo de aquel que vivió del amor y para el amor. Puede ser que no existiera, puede ser que no fuera el hijo de un Dios, puede ser.
Pero Dios es amor, y si el amor no existiera, habría que inventarlo.


Eso creo.






Este texto, es del internauta, dueño de este interesante blog:


No hay comentarios:

Publicar un comentario